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Conclusiones de la jornada ACE «El escritor y la literatura en la era del ciberespacio: del blog a las redes sociales»

por ACESCRITORES

Como parte de las actividades que ACE viene desarrollando para analizar y evaluar el ecosistema en que se desenvuelve el escritor en todos los planos, el pasado martes, 22 de noviembre, a las 19.30 horas, se celebró, en el salón de actos del Instituto Cervantes, una mesa redonda bajo el título «El escritor y la literatura en la era del ciberespacio: del blog a las redes sociales». Con esa jornada intentamos responder a tres grandes preguntas:

  1. ¿Cambia la labor del escritor y la función de la literatura en la era de internet, del mundo virtual, de la creación en tiempo real, del llamado ciberespacio?
  2. ¿Qué cambios propician en ambos aspectos las nuevas realidades del blog y de las redes sociales en la relacion autor-lector y autor-crítico?
  3. ¿Cómo valoran esa realidad las nuevas generaciones en relación con la “vieja realidad” del libro y el papel” ?

Abrió el acto con una intervención de bienvenida de Beatriz Hernan, escritora y directora de Cultura del Instituto Cervantes, su discurso giró a un fenómeno muy interesante y es el hecho que va en aumento de aquellos «desconectados», los que de forma voluntaria han decidido no participar en la redes y vivir al margen los blogs y de internet. Hernán habló de más de un 20% de «desconectados».
A continuación Manuel Rico, presidente de ACE hizo una breve presentación de la jornada.

Amelia Pérez del Villar, vocal de relaciones con los medios de ACE presentó a cada uno de los ponentes: a Maribel Riaza experta en el libro digital, y los escritores Esther Bendahan, Pilar Adón y Martín Casariego. Tomó la palabra Maribel Riaza para habla de que ya hoy en día un ordenador puede escribir un libro por sí mismo, introduciéndole una serie de inputs. También puede leer y guardar la información de las obras. Por otro lado, habló de una fórmula que cobra cada vez mayor peso y es escribir un libro entre varias personas, dando cada vez la réplica a lo escrito anteriormente. Estas afirmaciones crearon un cierto desacuerdo por parte de los escritores. Esther Bendahan dijo que ella si estaba en la redes pero no de una forma muy activa, ya que muchas veces crean desinformación. Lo bueno de las mismas es que para los sefardis como ella que nació en Tetuan, es una forma muy cómoda y directa para estar en contacto con sus amistades. Pilar Adón, quien dijo que tuvo un blog a propósito de una de sus últimas novelas decidió cerrarlo porque le quitaba mucho tiempo. De modo, que en cierta medida yo he ido paulatinamente desconectándome. Por último Martín Casariego tampoco tiene blog, pero quiso incidir en que un ordenador podrá escribir un texto pero no una obra literaria, ya que al no tener condición humana no puede aprovechar sus vivencias, su experiencia y sobre todo las lecturas que son imprescindibles para un escritor.
La jornada estuvo repleta de puntos de vista distintos y creo grandes expectativas entre el público. Tanto es así que después de que Esther Bendahan cerrara el acto leyendo un texto que a continuación transcribimos. Se llegó a conclusión que deberían celebrarse dos o tres jornadas más para dar la voz al publico y seguir debatiendo sobre la nueva realidad a la que se enfrentan tanto escritores como lectores.

Reproducción del texto que sirvió para cerrar el acto:

Alain FinkielKraut; «Se trata, pues, de dos mundos radicalmente opuestos: la obra y el Texto. En el mundo de la obra, el lector tiene que rendir cuentas; en el mundo del Texto, el lector juega. En el mundo de la obra, el autor es dador de sentido; el Texto es el espacio en el cual ningún lenguaje tiene dominio sobre otro. La obra pertenece a la tierra, el Texto al océano. La obra es consistente, el Texto es dúctil. La obra se distingue, se desprende, se demarca de todo lo que ella no es; el Texto no tiene límite asignable. Hay un Otro de la obra; todo es texto y ningún texto puede cerrarse sobre sí mismo. La obra obliga; el Texto está a disposición. La obra mantiene a los hombres bajo el régimen de la deuda. Al destituir la verdad en provecho de la pluralidad de códigos, de entradas, de recorridos, de redes, de combinatorias, el Texto se convierte en la Obra abierta y ofrecida a hombres flotantes, desafiliados.»

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