ACE ESPAÑA
1938, Valencia
Alta asociación: 31/03/1978
Web: https://miguelveyrat.com/
Nota biográfica
Miguel Veyrat (Valencia, 1938) reside y trabaja actualmente en Andalucía donde se dedica exclusivamente a la escritura de poesía, traducción y ensayo. Entre los títulos que ha publicado destacan: El corazón del glaciar (Málaga, 1990), Elogio del incendiario (Madrid, 1993) y Conocimiento de la llama (Valencia, 1996), que marcaron una nueva etapa en su obra, consolidada más adelante con la publicación de La voz de los poetas (Palma, 2002), Babel bajo la luna (Palma, 2005), Instrucciones para amanecer (Palma, 2007) y En Razón del mirlo(2009).Libros publicados
Narrativa
Paulino y la joven muerte
Las Fosas Comunes, la memoria histórica, la muerte en las cunetas.
Comprar libroPoesía
Vértigo
La trayectoria poética de Miguel Veyrat es el trazado de un camino en busca del absoluto. El rumbo lírico viene determinado por una cartografía de la oblicuidad en que se impone la ausencia de referentes que vinculen lo real y lo textual. Toda verdad conquistada por la razón u otorgada por revelación es segada por una suerte de nihilismo poético que aspira a erigir un universo, exclusivamente textual, desde las ruinas de ese viejo mundo con el que el nuevo no guarda correspondencia lógica ni similitud analógica. De este material de derribo bajo el que yacen las antiguas verdades, Veyrat salva el pensamiento y la poesía, las ciencias del espíritu y los saberes empíricos, la historia y la leyenda y nos invita a adentrarnos en una espiral de vértigo. ÓSCAR GONZÁLEZ
Comprar libroLa ora Azul
Veyrat ha ido alumbrando, verso a verso, título tras título, todo un universo poético donde conviven, constelados, el mito y el logos, la ciencia y la magia, la historia y la leyenda, hasta convertir su obra poética, por sí misma, en un capítulo apasionante de la literatura en lengua española. De ese capítulo, lúcido, palpitante y atípico, forma parte La ora azul, su lectura, por tanto, es ineludible.
Comprar libroTravesía de la melancolía
Miguel Veyrat ha escrito que, si se acepta una cierta actividad mística (en su poética), lo sería \\\"desde un vuelo ignorante de toda promesa de felicidad que no tenga lugar sobre los altares de la tierra y del mar, en sus acantilados, sus volcanes, sus cielos, ríos y glaciares\\\"; y concluye poco después Miguel Veyrat: \\\"Mística de la incertidumbre, condenada a no hallar alivio al filo de llama alguna\\\". Así, que no conviene engañarse en este punto. En ese proceso no hay esperanza de eudemonismo o de salvación trascendente. Llegados aquí, la Esfinge ha vuelto a conceder su nada. El hombre que habita en el poeta ha succionado los jugos de la vida y celebrado eucarísticamente la comunión con el Otro, en el que se funden cuantos seres conforman el género humano.
Comprar libroEl hacha de plata
Colección TIERRA, nº 75 (Poesía)
Comprar libroPasaje de la noche
En el caso de Miguel Veyrat la poesía es, por encima de todo, «palabra en el tiempo». Y el tiempo es la conciencia del fluir de la vida, esa «evasión temporal de la muerte» de un ser que lo es, sin embargo, para ella. Un ser incapaz de plenitud genuina, por tanto, y ansioso de ella. Pero el tiempo es también la instancia indomeñable que marca, sin marcarlos del todo, los límites de la travesía mundanal del poeta, convertido en nómada poseído por «el ansia de acabar con la nada poniendo en pie un poema». El lenguaje, tan importante en la autoconsciencia y en la propia práctica poéticas de Miguel Veyrat, no es para él, sin embargo, un fin en sí mismo. Ni en su poesía la palabra certera se sosiega nunca en sí misma: aspira siempre a llegar al lugar de afuera y provocar el resplandor. A diferencia, pues de un Foucault, por ejemplo, para quien en la mejor tradición saussuriana lenguaje «dice» siempre lenguaje, nuestro poeta sabe que «solo la voz del poeta continúa el trabajo –de construir la realidad tras la huida– de los dioses».
Comprar libroPoniente
En este viaje a Poniente, en esta despedida, es mucho lo que queda: la huella de alguien que ha vivido libre y señor de su luz, fiel siempre a una palabra exacta y clara, transparente por no traicionarse nunca, hecha del fulgor luminoso del amanecer y la oscura claridad del ocaso. En él se encierra (y se nos abre) la dignidad de una vida, la pasión por la libertad, la herencia conquistada y la fe en la palabra poética. Es decir, lo que ha sido el vivir y la palabra de Miguel Veyrat.
Comprar libroRazón del mirlo
En Razón del mirlo, Miguel Veyrat prosigue la indagación poética iniciada en los años 90 con la publicación de El corazón del glaciar (Málaga, 1990), Elogio del incendiario (Madrid, 1993) y Conocimiento de la llama (Valencia, 1996).
Comprar libroLa voz de los poetas
Sinopsis de LA VOZ DE LOS POETAS Miguel Veyrat ha preferido, a lo largo de una trashumancia que incluye una década de libros, la decantación del verbo, la apuesta por lo conciso y, sobre todo, la inteligencia de que la poesía es una revelación preñada de misterio o, en la simetría en cruz, un misterio henchido de revelaciones. Una de las principales premisas de la poética de Veyrat, respirante en cada uno de sus organismos verbales, desde Antítesis primaria (Adonais, 1975) hasta La voz de los poetas (Calima, 2002), es la certitud de que la verdadera fragua del fulgor poético es enemiga de la gratuidad y del facilismo. La siembra de la luz, transfigurada en palabra silenciosa que reclama los ojos del lector para encarnar en voz, en aventura sonora, es una práctica que reconoce en los antiguos alquimistas similares motivos. El contacto de las palabras -su callada fricción en el erial de la hoja- propicia, cada vez que el poeta urde su voz, la reinvención del fuego original, cuya almendra, como la luz según la correspondiente consigna hermética, es negra. En el centro de la soledad, la comunión, el puente que cimenta la poesía. En los entresijos del barroco lacónico o barroco del silencio, como definió Francisco Umbral el arte de Veyrat en el prólogo a Adagio desolato (Endymion, 1984), sobresale la paralela génesis de un mundo imaginado por el lector. Lo diré de otro modo: cada poema de La voz de los poetas -sobre todo aquellos que se han propuesto fungir como indagación espontánea del mysterium verbal (metafísica instantánea según la conocida expresión de Bachelard)- incita a quien lo lee a la construcción, simultánea y acaso más morosa, de un escenario hipotético donde despliega sus alas otro poema, ése que nace desde los versos de Miguel Veyrat y, por ello mismo, desde sus demonios interanimantes (Pavese, Rilke o Eliot). Somos copartícipes, entonces, de un doble gozo: el poema de Veyrat y el otro poema, el que imaginamos junto con él a partir de sus versos. Ver menos
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