Por MANUEL QUIROGA CLÉRIGO
Con motivo del Centenario del nacimiento de Gloria Fuertes se han llevado a cabo varios actos entre los que destacan la exposición en Fernán Gómez Centro Cultural y el homenaje «Todas con Gloria» celebrado en el Instituto Cervantes.
LA EXPOSICIÓN EN EL FERNÁN GÓMEZ
El pasado 14 de marzo se inauguró una excelente exposición dedicada a Gloria Fuertes en el teatro Fernán Gómez, en el Centro Cultural de la Villa, que permanecerá abierta al público hasta el 14 de mayo de 2017, como delicado homenaje a tan interesante creadora lírica, narradora, autora de teatro y profesora de español, pues entre 1960 y 1963 impartió clases de Literatura Española en varias Universidades de los Estados Unidos.
Luzmaría Jiménez Faro, Fundadora de la Editorial Torremozas y a su vez Presidenta de la Fundación Gloria Fuertes, fallecida el 12 de marzo de 2015, comenzó a organizar esta exposición hace más de dos años. Tras su muerte, la ha continuado y culminado su hija Paloma Porpetta, con la colaboración de su hermana Marta y el patrocinio del Ayuntamiento de Madrid en esa amplia sala de Exposiciones.
Asistió al acto inaugural la alcaldesa Manuela Carmena y otros miembros del Ayuntamiento y numerosos periodistas, escritores en general, poetas, medios diversos y admiradores de la obra de la poeta. Ello evidencia el valor de la obra de esta mujer trabajadora y entusiasta, nacida en Lavapiés el 28 de julio de 1917 y fallecida en Madrid el 27 de noviembre de 1998, que mantuvo una rebelde actitud ante el mundo del consumismo, que habló de la guerra con una especial ironía sin dejar de comentar su protagonismo y sufrimiento en la misma, y que tuvo como temas de sus poemas el amor, el dolor, la muerte y la soledad de ese siglo XX de guerras absurdas, crímenes monstruosos y protagonistas asesinos.
Gloria Fuertes fue especialmente antibelicista. Decía que tuvo dos novios, a uno lo mataron los franquistas y a otro los republicanos, o rojos, como los dominaba con cierta saña el aparato de propaganda del estado franquista. Empezó a escribir y dibujar cuentos para sus compañeros a los 5 años de edad, a los 14 ya escribía poemas y a los 17 dio forma al primer libro de versos, Isla ignorada, publicado en 1950, en la Colección Musa Nueva, donde leemos: “Cuando muerdo una manzana/sabrosa y sana,/bendigo a Dios” en “Sólo Dios”, un poema dedicado a su padre, a quien consideraba “el hombre más bueno del mundo” (era bedel) y al que la exposición muestra, en una de las fotografías, vestido con un traje de conserje. Su madre era costurera y sirvienta y la futura poeta recuerda el hambre que se pasaba en la postguerra y cómo, al tiempo, se entretenía contando la verdad de las cosas. Formó parte de la primera generación de posguerra (algún antólogo la relacionó con la llamada Generación del 50) y formó parte de la antología de poesía social de Leopoldo de Luis Poesía social española contemporánea y compartió gustos, tertulias y alguna publicación con los poetas del movimiento postista: Carlos Edmundo de Ory, Eduardo Chicharro o Silvano Sernesi, entre otros.
Luzmaría Jiménesz Faro dejó escrito acerca de Gloria Fuertes: “Gloria todo lo hace sencillo y cotidiano, pero con la grandeza de tener siempre u alma con una inmensa capacidad de asombro ante ese milagro que llamamos vida”.
Visitando esta exposición “Viajamos- como dice el programa-por su vida, sus dificultades, alegrías, circunstancias personales y familiares, su afán de superación, su deseo de ser escritora y su empeño en llegar a vivir de la literatura”. Uno de los más sublimes epitafios que puedan leerse lo escribió la poeta madrileña. Dice: “Ya no fumo”: “Gloria todo lo hace sencillo y cotidiano, pero con la grandeza de tener siempre u alma con una inmensa capacidad de asombro ante ese milagro que llamamos vida”.
En varias vitrinas de la exposición aparecen los libros que comenzó a leer, las primeras ediciones de los suyos u otros como Versos con faldas, original de la también luchadora poeta Adelaida Las Santas y prólogo de Gloria, documentos de su época de máxima laboriosidad, cartas recibidas de autores destacados, algunas entrañables, como la enviada por Ramón (Gómez de la Serna) desde Buenos Aires el 8 de Octubre de 1954, que se inserta manuscrita en el libro Glorierías (Para que os enteréis) donde decía, entre otros comentarios, “He leído repetidamente sus poesías porque hay en ellas una manera especial de parir la vida, de descubrir el misterio de los pasillos, de revelar todas las bocacalles de la calle de Toledo”.
A la salida de la exposición, tras unos vídeos de la autora en el espacio en que se halla su pequeña Olivetti, bien conservada, sobre una mesa camilla, hay una librería donde pueden adquirirse obras de la autora homenajeada, entre otros recuerdos o regalos. La experiencia de estar al lado de una escritora de tanta sensibilidad es altamente positiva.
EL HOMENAJE DE LAS POETAS EN EL INSTITUTO CERVANTES
De otro lado, y con motivo del Día Mundial de la Poesía y la llegada de la Primavera, en la sede del Instituto Cervantes, se reunió una veintena de mujeres poetas para leer versos y homenajear a Gloria Fuertes en su Centenario.
El acto comenzó con un vídeo con imágenes de Gloria cedido por RTVE y la Fundación Gloria Fuertes y y con el poema de José Hierro “Hablo de Gloria Fuertes frente al Washington Bridge” leído por Beatriz Hernánz, Directora de Cultura del citado Instituto. Paloma Porpetta comentó que se trataba de un acto de justicia poética lo que fue refrendado por las autoras convocadas, entre las que se encontraban Balbina Prior, Luisa Castro, Ana Rossetti, Carmen Pallarés, Espido Freire, Juana Vázquez, Juana Castro. La albacea de la Fundación dijo que es preciso recordar también a otras poetas “que no están en las antologías” y que a todos las personas que escriben poesía, mujeres y hombres, no sólo hay que tenerles presentes en el Día Mundial de la Poesía sino que hay que leerles todos los días. “Es la única forma de que sigan vivos como Gloria Fuertes lo está hoy”.