Javier Martínez Reverte (Javier Reverte), prolífico autor de novela, poesía y libros de viajes, acostumbrado a despedirse en sus continuas partidas hacia todos los destinos posibles, nos ha dicho su último adiós. Fue un luchador incansable por aquello en lo que creía y contra lo que consideraba socialmente injusto, de aquí su última batalla en pro de los derechos de los escritores y contra la injusta presión de la Seguridad Social a escritores jubilados. Fue una pieza decisiva en la contribución de ACE a la constitución de la Plataforma Seguir Creando, organización clave para que el Congreso de los Diputados, en 2018, diera luz verde al Informe sobre el Estatuto del Artista y en abril de 2019 se aprobara el Decreto que compatibiliza pensión y derechos de autor. Javier Reverte se ha despedido luchando. Tras ganar el juicio en primera instancia al Estado por la injusta suspensión de su pensión por compatibilizarla con los ingresos de la propiedad de intelectual, derechos de autor esencialmente, la sentencia fue recurrida por la Seguridad Social para revocar el primer fallo. El pasado mes de julio su nuevo recurso fue admitido a trámite por el Tribunal Supremo. El fallo, lamentablemente, se producirá a título póstumo.
Como escribió de los barcos en su novela Todos los sueños del mundo, nada hubo en él de su conocimiento, su cultura y su conciencia que no se pudiera aprovechar. Por ello, aunque El sueño de África encabeza el ranking de sus ventas, todos los demás libros que nos dio contienen ofrendas literarias que quiso compartir, y vale la pena aceptarlo.
Javier Reverte será recordado también por su sencillo y emotivo sentido de la amistad. Son muchos los capítulos que llenarán su particular historia personal; entre todos, quizás el que no se escriba sería el más apreciado por él, porque guarda algún secreto presto a ser descubierto al más puro estilo de Javier Reverte. En este caso, nunca mejor aplicados los versos de su gran amigo, casi hermano, Antonio Hernández: «Nada de lo que muere deja olvido / sino raíces…».
Nuestra Asociación, en representación de los escritores y escritoras que se asocian por sus derechos, siempre estará en deuda con él.