© MANUEL QUIROGA CLÉRIGO
“Si supiera que este texto es trascendente….” comienza escribiendo el gaditano Jesús Fernández Palacios en “De un modo cotidiano”. Maricruz Garrido, profesora de Filología Inglesa, poeta y traductora, cree que todos los textos de María Zambrano son trascendentes. A ellos ha dedicado gran parte de sus lecturas y, ahora, ofrece un delicado poemario.
Se trata de Siempre es demasiado (Evocación a María Zambrano), editado por Ánfora Nova (Rute, 2019). En el prólogo Juana Castro menciona las coincidencias entre la creadora y la filósofa de Vélez-Málaga y resume: “En este libro prevalecen el aserto, su sentimiento y emoción contenidos sobre otros aspectos, y a veces se da cabida en algunos poemas a la rima en asonancia. Todo lo cual lo hace asequible al mundo juvenil y a cualquier público, para acercarse a la poesía a la vez que a la biografía y a la personalidad de nuestra pensadora andaluza y universal, María Zambrano”. “La noche es mi refugio, mi lucha inacabada / y la brisa nocturna, evoca en mi mirada / el hogar natural, la infancia desterrada, / la sed de eternidad, del duermevela oculto, / más ando desmembrada, como brújula / que no encuentra su norte, huida de la nada”, escribe Garrido, nacida en Priego de Córdoba aunque su familia era de Lucena afiliada a la Asociación Colegial de Escritores de España/Andalucía y galardonada con interesantes premios literarios, además de haber codirigido el Aula de Literatura de Priego, haber publicado relatos históricos, literatura infantil y varios poemarios.
“Su madre y hermana se llaman Araceli al igual que la madre y hermana”, recuerda Castro, «de la inmortal autora de Claros del bosque lo que hace más íntimo el acercamiento con María Zambrano y lleva a Maricruz a poner en boca de ésta algunos de sus versos, como los de “Regreso a España”: “Alguien creyó que un día volvería y volví rota y herida, / más nadie puede volver si jamás salió, / porque mi alma quedó presa en el cuarto donde / Spinoza y Zubiri, mis amados filósofos, / me hablaban al oído, cualquier noche de otoño”. Tal acercamiento entre ambas mujeres es intenso, pues si Garrido evoca la vida y obra de Zambrano, de esta van quedando interesantes briznas en los versos, como al leer: “Alguien me ha preguntado, alguna vez / cómo puedo aunar razón y poesía”. La respuesta es sencilla: “La Razón está desde un principio”, escribe María Zambrano en Los intelectuales en el drama de España. Y en Filosofía y poesía dice “Sucede que el poeta, desde la poesía, adquiere cada vez más conciencia…”. Son las cercanías de las autoras ante el fenómeno vital de la escritura. Garrido escribe: “Misterioso es simplemente vivir, / huir de la intangible verdad / real de la existencia. / Misteriosa es la senda / que evoca lo perdido / y contempla la vida/sin destino de vuelta. / Misteriosa es el alma / por tan inhumana a veces”.
Son indagaciones de los universos propios, de las vivencias de quienes son capaces de inventar los sueños, recrearlos, hacerlos propios: “Si miramos atrás / la vida es un instante, / un instante inspirado de recuerdos / que abren y cierran círculos / y espacios habitados, casi nuestros”. Y así se hacen más amplias, a veces sencillamente conmovedoras, como en el poema “Yo misma”: “Como os dije, mi canto vehemente / no fueron amorosos retoños a mi lado, / tampoco lo inconexo de una España perdida. / Como os dije sólo mi voz trasgrede, / sólo mi voz impera, sólo mi voz perdura… / La vida es elección. / No añoro otras vivencias / sólo el amor me llena”.
La poesía de Maricruz Garrido es delicada, diáfana, vitalista, plena de ritmo y de recordación. Por sus versos respira, en este caso la filósofa María Zambrano, al tiempo que recrea su propio itinerario de intelectual amante de la lectura y de docente preocupada por el hecho de saber transmitir su sabiduría a los demás. Todo ello “Siempre es demasiado”.
Majadahonda, 2 de febrero de 2020.