Por Beatriz García
Kertész nació en 1929 en el seno de una familia judía de Budapest, pero el nazismo le empujó en 1944 al campo de concentración de Auswitchz cuando sólo tenía 14 años.
Con él desparece la última voz del Holocausto
Para Imre Kertész Auschwitz no tenía ninguna explicación, “era el producto de fuerzas irracionales”, sin embargo el novelista, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2002, dedicó su vida a tratar de darle una respuesta como sólo puede hacerlo alguien que sobrevivió a los campos de concentración. Hoy ha muerto a los 86 años, según Reuters, y deja tras de sí un obra que no sólo es testigo de la aberración (Sin destino), sino también de su olvido.
«No puedo negar que hoy Auschwitz se ha convertido en un parque temático», se lamentaba el autor húngaro en una entrevista en 2007, y aconsejaba a los que quisieran conocerlo que no fueran. «Es preferible andar tres kilómetros e ir al campo de Birkenau, que era realmente el campo de exterminio, y allí las grandes dimensiones muestran algo del horror que fue» y continúaba: «Cuando subes a la antigua torre de mando y ves esas líneas paralelas, se ve algo de esa racionalidad malvada, que sólo podía estar al servicio de la muerte».
Después de Auswitchz estuvo Buchenwald, pero al año siguiente, logró volver a Hungría, en cuya capital ha fallecido este jueves como consecuencia de una larga enfermedad.
A lo largo de su carrera, Kertész ha trabajado como escritor, traductor y guionista y ha acumulado todo tipo de premios, el más importante de ellos en 2002, cuando logró ser el primer húngaro en ganar el Nobel de Literatura. El jurado explicó entonces que le concedía el prestigioso galardón por exponer «la frágil experiencia del individuo contra la atroz arbitrariedad de la Historia», algo que quedó reflejado en obras como Sin destino.
Entre sus libros más conocidos, excelentemente traducidos en España por Adan Kovacsics y publicados por Acantilado, se encuentran Kaddish por el hijo no nacido, Fiasco y Liquidación. El próximo 6 de abril llegará a las librerías la ahora póstuma obra:La última posada.
Fuente: El confidencial